Una Historia "como Dios manda"
"La Historia de la Iglesia. Desde los orígenes hasta el siglo XXI"
Hace unos días, terminaba la lectura de una de las obras ya comentada en este espacio de la autora Catherine Nixey. Una de las obras que con más desfachatez he podido leer por la intencionalidad clara y abierta desde el primer momento de hacer "bailar" los textos al son de su música, por lo que los erróres interpretativos históricos están en una página sí y, en las demás también.
No es únicamente mi opinión, pueden leer si quieren las opiniones sobra la mencionada obra de historiadores como por ejemplo Peter Thonemann, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Oxford, Tim Whitmarsh de la Universidad de Cambridge o el mismo profesor de historia bizantina y griega antigua igualmente de la Universidad de Washington Richard Tara y verán los comentarios críticos que hacen de dicha obra.
Yo les proponga, desde el deseo de que conozcan una historia de la Iglesia seria, objetiva, autocrítica y responsable, la obra de Jean Comby titulada "La Historia de la Iglesia. Desde los orígenes hasta el siglo XXI (editada por Verbo Divino). Aquí podrán encontrar un recorrido de veinte siglos de la Historia de la Iglesia basándose en la muestra de cuales son los rasgos principales del proceso y método histórico que utiliza.
La capacidad del autor para separa la historia de la Iglesia de la historia general de la humanidad y mostrar como los cristianos viven en el mundo. Analizando para ello hechos sociales, políticos y económicos que han determinado la historia de la Iglesia.
Posteriormente el autor utiliza las huellas del pasado -sin manipulación-: edificios, obras de arte, excavaciones arqueológicas, etc., para llegar por último a presentar directamente a los lectores las fuentes escritas.
Jean Comby es profesor en las Facultades católicas de Lyon y plantea al lector una serie de interrogantes: ¿qué es ser cristiano y en qué consiste el cristianismo? Atrévete a aventurarte en este fascinamente donde la Historia es trata con total objetividad y la Iglesia con la necesaria seriedad.